domingo, 24 de mayo de 2015

Lo que viene...

“Las guerras venideras revivirán así las viejas prácticas de esclavizar y matar a prisioneros de guerra y olvidar la protección que antaño se dispensaba a la población civil. En vez del codificado honor militar de una Gran cultura del Honor se convertirá, eventualmente, en un asunto de imperativo personal interno, y la voluntad individual decidirá por sí misma, dependiendo de su posición la importancia de su decisión. No es deshonroso per se matar prisioneros, pero si se rinden y entregan las armas bajo la condición de que sus vidas sean respetadas, como hicieron los soldados y los jefes europeos en la última guerra, es deshonroso colgarlos, como hicieron los americanos después de dicha guerra.


En el ultimo acto de nuestro gran drama Cultural Occidental, la idea misma de la Cultura demuestra su impar valor – el Destino es siempre joven dice el filósofo de esta época- colocándose a sí misma en el centro de la Vida y definiendo a todos los hombres como amigos y enemigos, según se adhieran a ella o le hagan oposición. La política de la cultura es la consecuencia final de la política de la Religión, política familiar y política de facciones, que va desde las Cruzadas hasta la Reforma, continúa con la política dinastiísta hasta el congreso de Viena, y finaliza con la política nacional y la política económica hasta la Segunda Guerra Mundial. Remite la crisis del Racionalismo. Los fenómenos que le acompañan se vuelven incoloros, cada vez mas forzados uno por uno van difuminándose: Igualdad, Democracia, Inestabilidad, Comercialismo, Alta Finanza y su poder financiero, Guerra de Clases, Comercio como fin en sí mismo, Atomismo Social, Parlamentarismo, Liberalismo, Comunismo, Materialismo, Propaganda de masas. Todas esas orgullosas banderas yacen finalmente en el polvo. No son más que símbolos de la atrevida y procaz, pero vana tentativa de la Razón, para conquistar el reino del espíritu.”
 
Francis Parkey Jockey, Imperium

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