Estilo

Estilo: La forma particular en la que se concretiza la expresión literaria o artística; el modo habitual de ser, de comportarse, de expresarse: esto se llama estilo. Este término procede del latino "stilus", a saber, la varilla con punta con la que se grababa, para escribir sobre la cera de la tablilla.

Sin estilo no se deja huella, tanto en el arte como en la vida. El estilo es esencial para quien tenga una referencia superior. Desgraciadamente, la hipocresía extendida por doquier, la actitud que enyesa, produciendo gestos afectados y la vacuidad que se cela detrás de aquellos que hacen gala de su “aristocracia” o de su “tradicionalismo” han acabado por hacer que quien es auténtico y genuino considere el propio estilo como algo sospechoso. En realidad, esto es así porque quienes ponen cara de hombres de estilo, a menudo no lo tienen interiormente; son literalmente snobs (sine nobiliate). Esto ha producido en los mejores de entre los jóvenes una reacción sana frente a cualquier tentación iconoclasta: un anti-formalismo de corte garibaldino, corsario, en cierto enfoque pavoliano. En sus justos limites apruebo este deseo de desnudez; pero no debe transformarse, como sucede a menudo, en un dejarse ir o en escarnio de lo ajeno; en todo caso debe estar ligado a un estilo todavía no expresado plenamente, a un sentido jerárquico y disciplinar interiorizado. Debe darse un momento catártico en el que se pueda expresar, tanto en comportamientos como en la gráfica, un estilo renovado. Y, sobretodo, el rechazo del esnobismo no debe hacer que bajemos la guardia, es preciso recordar siempre que tener éxito no lo es todo. Como decía Codreanu, es mejor sucumbir en la vía del honor que triunfar en la del deshonor. Aún cuando se considerase oportuno perseverar en comportamientos de milicia irregular, la relación con los demás, con todos los demás, debe ser de respeto, de naturaleza caballeresca; también, y sobre todo, cuando no lo merezcan, porque, como enseñaban nuestros antepasados “la virtud es un premio en sí misma”. Si bien también podemos considerar más oportuno, menos provocador de desvíos, mantener una actitud absolutamente distanciada que no ponga a nadie en aprietos y que no cree distancias artificiales, esta desenvoltura también debe esconder un estilo, y debe garantizar un estilo de comportamiento fuera del clan que sea digno de respeto y deje huella. De otro modo nuestro paso por la vida será inútil, cuando no molesto.

Gabriele Adinolfi.