De la esterilidad cretino-teológica del antifascismo de izquierda, algunos personajes han tomado el mismo esquema de razonamiento. La derecha extrema, ya sea antisemita, anti-americana o anti-izquierdista se define por contraposición (y por tanto por defecto), desembocando así en un cretinismo inmóvil. Porque igual que los comunistas inteligentes no necesitan del antifascismo para ser extraños y sustancialmente hostiles al fascismo, tampoco tienen intención alguna de ponerse las anteojeras para no ver en el fascismo las lineas de falla que les sean propicias. Ese mismo razonamiento debería aplicarse a la "destra radicale”, que, de espaldas a lo que fue el fascismo y en buena parte el neofascismo, vive en plena parálisis doctrinaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario