viernes, 25 de septiembre de 2015

Ingienería social

-La Ingeniería social es un término empleado en ciencias políticas en un doble sentido. Primero: esfuerzos para influir actitudes; relaciones y/o acciones sociales en la población de un país o región y, segundo, una manera de implementar o aproximar programas de modificaciones sociales. Ambas acepciones implican tentativas a gran escala, sea por gobiernos o grupos privados.- Wikipedia.

Por su rapidez y por su carácter masivo, la inmigración de poblaciones, tal y como la conocemos hoy en Europa, constituye un fenómeno profundamente negativo. Esencialmente, la inmigración representa una forma de desarraigo forzoso, cuyas motivaciones son al mismo tiempo de orden económico —movimientos espontáneos u organizados desde países pobres y poblados hacia países ricos con menor vitalidad demográfica— y de orden simbólico —atracción de la civilización occidental, que se impone mediante la desvalorización de las culturas autóctonas en provecho de un modo de vida consumista—. No cabe achacar la responsabilidad de la inmigración a los inmigrantes, sino a la lógica del capital que, tras haber impuesto la división internacional del trabajo, ha reducido al hombre a la condición de mercancía deslocalizable. La inmigración transforma a los pueblos en simples adiciones de individuos intercambiables. No es deseable para los emigrantes, que se ven obligados a abandonar su país natal por otro donde son acogidos como simples complementos de necesidades económicas, ni para las poblaciones de acogida, que sin haberlo deseado se ven enfrentadas a modificaciones frecuentemente brutales de su entorno humano y urbano.

Está claro que los problemas de los países de origen no se van a resolver mediante transferencias generalizadas de población, y que el umbral de la tolerancia, sea cual sea la forma bajo la que se determine, se ha sobrepasado ampliamente. Igualmente está claro que los dirigentes de un Estado, sea cual sea, se han de encargar prioritariamente de preocuparse por el futuro y la identidad de sus conciudadanos. En consecuencia, nuestra corriente de pensamiento es favorable a una política restrictiva de la inmigración, con el objetivo de invertir la tendencia, necesariamente combinada con un incremento sustancial de la cooperación con los países del Tercer Mundo — donde las solidaridades orgánicas y las formas de vida tradicionales frecuentemente siguen más vivas que en otras partes—, para superar los desequilibrios inducidos por la mundialización liberal.

Alain de Benoist.

No hay comentarios:

Publicar un comentario