domingo, 5 de julio de 2015

La oscuridad de nuestra época


Mi “optimismo”, como usted dice, no es beato. No pertenezco a una parroquia donde se cree que todo acabará por arreglarse. Veo perfectamente todo lo que es negro en nuestra época. Presiento, sin embargo, que los poderes que pesan negativamente sobre la suerte de los europeos se verán perjudicados por los choques históricos que han de venir. Para alcanzar un despertar auténtico, todavía hará falta que los europeos puedan reconquistar su conciencia indígena y la larga memoria de la que han sido desposeídos. Las pruebas que nos han de llegar ayudarán a emancipar aquello que se nos manchó en profundidad. Es la tarea temeraria a la cual me consagré. Tiene pocos precedentes y no es para nada política. Más allá de mi mortal persona, tengo la certeza que las antorchas encendidas no se apagarán. Me remito para esto a nuestros poemas fundadores. Ellos son el depósito de todos nuestros valores. Pero constituyen un pensamiento en parte perdido. Nosotros nos propusimos reinventarlo y proyectarlo sobre el futuro como un mito creador.

Dominique Venner.

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