miércoles, 8 de julio de 2015

La mentira de los derechos humanos.

Los llamados derechos humanos son el caballo de Troya de la globalización y la espina dorsal del sistema imperialista. Los conceptos de paz, libertad y justicia existían ya mucho antes de que la confusa expresión “derechos humanos” tuviera algún sentido. Los iluministas no han, pues, inventado la felicidad. El igualitarismo progresista, es decir, el pretender igualar por lo bajo; es la principal característica tanto de las plutocracias demoliberales como de los régimenes marxistas, y es la armadura ideológica del nefasto proceso de homogeneización materio-mundialista promovida por el capitalismo angloamericano. En realidad, “progres” y “conservadores” van de la mano y se complentan, a la hora de imponer al mundo de manera paternalista el modelo occidental, con sus “libertades”, su “igualdad”… y sobre todo su hipocresía. Lo comprobamos, por ejemplo, con los hostigamientos a Irán. Los progres se opondrán aparentemente a una guerra contra el país de los persas, pero verían con buenos ojos si el actual régimen fuera derrocado por los invasores para instalar un gobierno más “democrático” y “civilizado” (al estilo modernista-occidental, se entiende; sin tener en cuenta en absoluto la ideosincrasia étnico-religiosa y la voluntad del pueblo iraní). La falsa moral de occidente y sus “derechos humanos”, con su totalitarismo enmascarado (de carácter económico-cultural), es responsable de las abismales desigualdes sociales en el planeta, de las hambrunas en el así llamado Tercer Mundo, constantemente expoliado por los insaciables buitres de las multinacionales.

Nunca antes, en la historia de la humanidad, ha habido de hecho tanta desigualdad social entre pueblos, tanta miseria, y un expolio colonialista tan descarado como el que existe desde el advenimiento de la religión laica-ilustrada occidentalócrata de los sacrosantos “derechos humanos”.

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