martes, 29 de septiembre de 2015

La tradición

Si las ideas antitradicionalistas valieran más que nuestra tradición, ésta se hubiera convertido en una especie de pre-historia, sólo que algo mejor conocida. Esto es lo que se ha querido hacer en estos años al llamar «cavernícolas» a los españoles amantes de las glorias del pasado. Sólo que cuando se pregunta por los títulos de las ideas que se juzgan nuevas, los enemigos han de guardar silencio, si no prefieren envolverse en retórica inane. Porque el árbol se conoce por los frutos y los suyos no aparecen. Ni una filosofía que se sostenga, ni un sistema de derecho satisfactorio, ni el bienestar del pueblo, ni un gran arte, ni historia, ni poesía. Un trágala perpetuo, una amenaza incesante, un permanente insulto. ¿Son estos los títulos de las nuevas ideas? ¿El arte por el arte? No ha producido una gran obra en país alguno. ¿La economía individualista? Es la madre de la cuestión social. ¿El socialismo? Arruina a los pueblos. ¿La democracia? Es la incapacidad para el gobierno. ¿El liberalismo espiritual? Es el triunfo de la difamación. ¿El bachillerato enciclopédico? Como casi todo el presupuesto de Instrucción pública no sirve sino para infiltrar en los espíritus el horror al trabajo. Repitámonos para consolarnos, que las más de estas cosas nos las han traído gente de buena fe, que se echaron a buscar por el mundo lo que necesitábamos. Pero no olvidemos que las acompañaban y empujaban los resentidos, los negadores, los anormales, que no se movían sino por impulsos destructores, que, por lo visto, no se han satisfecho con hacer astillas lo que fue el más generoso y humano de los Imperios que ha habido en el mundo.

Ramiro de Maeztu

lunes, 28 de septiembre de 2015

Las diez estrategias de la manipulación mediática

1. La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la Atención del
público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales” (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas’).

2. Crear problemas, después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar
engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad” (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas’).

6. Utilizar el aspecto emocional más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores” (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas’).

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto, malhablado, admirador de gentes sin talento alguno, a despreciar lo intelectual, exagerar el valor delculto al cuerpo y el desprecio por el espíritu…

9. Reforzar la autoculpabilidad.


Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus
capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años,los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayor parte los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

¡Di basta y rompe tu domesticación!



Noam Chomsky

domingo, 27 de septiembre de 2015

Proclama futurista a los españoles

¡Futurismo! ¡Insurrección! ¡Algarada! ¡Festejo con música wagneriana! ¡Modernismo! ¡Violencia sideral! ¡Circulación en el aparato venoso de la vida! ¡Antiuniversitarismo! ¡Tala de cipreses! ¡Iconoclastia! ¡Pedrada en un ojo de la Luna! ¡Movimiento sísmico resquebrajador que da vuelta a las tierras para renovarlas y darlas lozanía! ¡Rejón de arador! ¡Secularización de los cementerios! ¡Desembarazo de la mujer para tenerla en la libertad y en su momento sin esa gran promiscuación de Ios idilios y de los matrimonios! ¡Arenga en un campo con pirámides! ¡Conspiración a la luz del sol, conspiración de aviadores y "chauffeurs"! ¡Abanderamiento de un asta de alto maderamen rematado de un pararrayos con cien culebras eléctricas y una lluvia de estrellas flameando en su lienzo de espacio! ¡Voz juvenil a la que basta oír sin tener en cuenta la palabra: ese pueril grafito de la voz! ¡Voz, fuerza, volt, más que verbo! ¡Voz que debe unir sin pedir cuentas a todas las juventudes como esa hoguera que encienden los árabes dispersos para preparar las contiendas! ¡Intersección, chispa, exhalación, texto como de marconigrama o de algo más sutil volante sobre los mares y sobre Ios montes! ¡Ala hacia el Norte, ala hacia el Sur, ala hacia el Este y ala hacia el Oeste! ¡Recio deseo de estatura, de ampliación y de velocidad! ¡Saludable espectáculo de aeródromo y de pista desorbitada! ¡Camaradería masona y rebelde! ¡Lirismo desparramado en obús y en la proyección de extraordinarios reflectores! ¡Alegría como de triunfo en la brega, en el paso termopilano! ¡Crecida de unos cuantos hombres solos frente a la incuria y a la horrible apatía de las multitudes! ¡Placer de agredir, de deplorar escéptica y sarcásticamente para verse al fin con rostros, sin lascivia, sin envidia y sin avarientos deseos de bienaventuranzas: deseos de ambigú y de repostería!- ¡Gran galop sobre las viejas ciudades y sobre los hombres sesudos, sobre todos los palios y sobre la procesión gárrula y grotesca! ¡Bodas de Camacho divertidas y entusiastas en medio de todos los pesimismos, todas las lobregueces y todas las seriedades! ¡Simulacro de conquista de la tierra, que nos la da!
Tristán seudónimo de Ramón Gómez de la Serna,
Prometeo, 20 (1910). En Rozas, ed.,
La generación del 27 desde dentro,
Madrid: Istmo, 1986, pp. 167-168

viernes, 25 de septiembre de 2015

Ingienería social

-La Ingeniería social es un término empleado en ciencias políticas en un doble sentido. Primero: esfuerzos para influir actitudes; relaciones y/o acciones sociales en la población de un país o región y, segundo, una manera de implementar o aproximar programas de modificaciones sociales. Ambas acepciones implican tentativas a gran escala, sea por gobiernos o grupos privados.- Wikipedia.

Por su rapidez y por su carácter masivo, la inmigración de poblaciones, tal y como la conocemos hoy en Europa, constituye un fenómeno profundamente negativo. Esencialmente, la inmigración representa una forma de desarraigo forzoso, cuyas motivaciones son al mismo tiempo de orden económico —movimientos espontáneos u organizados desde países pobres y poblados hacia países ricos con menor vitalidad demográfica— y de orden simbólico —atracción de la civilización occidental, que se impone mediante la desvalorización de las culturas autóctonas en provecho de un modo de vida consumista—. No cabe achacar la responsabilidad de la inmigración a los inmigrantes, sino a la lógica del capital que, tras haber impuesto la división internacional del trabajo, ha reducido al hombre a la condición de mercancía deslocalizable. La inmigración transforma a los pueblos en simples adiciones de individuos intercambiables. No es deseable para los emigrantes, que se ven obligados a abandonar su país natal por otro donde son acogidos como simples complementos de necesidades económicas, ni para las poblaciones de acogida, que sin haberlo deseado se ven enfrentadas a modificaciones frecuentemente brutales de su entorno humano y urbano.

Está claro que los problemas de los países de origen no se van a resolver mediante transferencias generalizadas de población, y que el umbral de la tolerancia, sea cual sea la forma bajo la que se determine, se ha sobrepasado ampliamente. Igualmente está claro que los dirigentes de un Estado, sea cual sea, se han de encargar prioritariamente de preocuparse por el futuro y la identidad de sus conciudadanos. En consecuencia, nuestra corriente de pensamiento es favorable a una política restrictiva de la inmigración, con el objetivo de invertir la tendencia, necesariamente combinada con un incremento sustancial de la cooperación con los países del Tercer Mundo — donde las solidaridades orgánicas y las formas de vida tradicionales frecuentemente siguen más vivas que en otras partes—, para superar los desequilibrios inducidos por la mundialización liberal.

Alain de Benoist.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Vida recta

Los que titubean ante el esfuerzo, es porque tienen adormecida el alma. El gran ideal da siempre fuerza para domar el cuerpo, para soportar el cansancio, el hambre, el frío.

¿Qué importan las noches en vela, el trabajo abrumador, o el dolor, o la pobreza?
Lo esencial, es conservar en el fondo del corazón la gran fuerza que alienta y que impulsa, que aplaca los nervios desatados, que hace latir de nuevo la sangre cansada, que hace arder en los ojos, adormecidos por el sueño, un fuego ardiente y devorador.

Entonces, nada es áspero ya. El dolor se ha transformado en alegría porque, gracias a él, nos damos más por entero, y el sacrificio nuestro se purifica.

La facilidad adormece el ideal. Le alienta, en cambio, el estímulo de la vida dura que nos hace adivinar lo profundo del deber cumplido, las responsabilidades que hay que afrontar, y la gran misión digna de nosotros.

Lo demás, no cuenta.
La salud, nada importa.
No estamos en este mundo para comer a horas fijas, para dormir con regularidad, para vivir cien o más años.
Todo esto es vano y necio.
Sólo una cosa cuenta: tener una vida útil; perfilar el el alma; estar pendiente de ella, instante por instante; vigilar sus debilidades y exaltar sus impulsos; servir a los demás; derramar a nuestro alrededor la dicha y la ternura; ofrecer el brazo al prójimo, para elevarnos todos, ayudándonos los unos a los otros.

Una vez cumplidos nuestros deberes ¿qué más da morir a los treinta años o a los cien años? ¡Lo que importa es sentir el corazón encendido, cuando la bestia humana grita extenuada!

¡Que se levante y que siga, a pesar de todo!

Ahí está para eso, para agotarse, hasta el fin.

Sólo el alma cuenta, y ella tiene que dominar todo lo demás.
Breve o larga, la vida sólo vale algo sí en el instante que tenemos que entregarla no tenemos que sonrojarnos de ella.


Extraído de Almas Ardiendo, de Leon Degrelle

Plus Ultra

El Plus Ultra es el primer gran vuelo español y el primero en el mundo que consiguió cruzar el Atlántico Sur con un único avión. El avión fue un Hidroavión de canoa “Dornier Do J Wal” que disponía de dos motores en tándem Napier Lion de 450 CV, una envergadura de 22,5 metros y una longitud de 17,25 m. Su velocidad máxima era de 185 km/h con un aforo de 3.900 litros de combustible, un techo práctico de 3.300 m. y una autonomía de 10 horas.

Partió del mismo lugar del que siglos atrás, lo hiciera Cristóbal Colón. Así, el 22 de enero de 1926, despegó de Palos de la Frontera para amerizar a 120 kilómetros de Buenos Aires, el 10 de febrero, en medio de un recibimiento apoteósico.

La tripulación la formaron el piloto, comandante Ramón Franco, el capitán Julio Ruiz de Alda como observador, el teniente de navío Durán como observador de la Armada (que no realizó la etapa entre Porto Praia y Pernambuco para aligerar el peso), el cabo mecánico Pablo Rada y, hasta Las Palmas, el fotógrafo Leopoldo Alonso.

El viaje recibió el apoyo del destructor “Alsedo” y el crucero ligero “Blas de Lezo” hasta Cabo Verde y Pernambuco.

El vuelo supuso un recorrido de 10.270 kilómetros en 59 horas y 30 minutos con un promedio de 172 km/h repartidos en las siguientes etapas:

Palos-Las Palmas (1.300 km.)
Las Palmas-Porto Praia (1.745 km.)
Porto Praia-Noronba (2.305 km.)
Noronba-Pernambuco (540 km.)
Pernambuco-Río de Janeiro (2.100 km.)
Río de Janeiro-Montevideo (2.060 km.)
Montevideo-Buenos Aires (220 km.)

El Plus Ultra fue regalado a Argentina y se encuentra en el Museo de Luján (Buenos Aires).

En el Museo del Aire de Cuatro Vientos existe una reproducción a tamaño real.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Somos otra juventud

Somos esa juventud que niega el suicidio como la escapatoria personal, como futuro de una generación, como horizonte de nuestra civilización.

Somos esa juventud que antepone la trascendencia y la fe por encima de los bienes materiales. Esa juventud que coloca el don de sí misma por encima del éxito personal, que prefiere la dimensión heroica de la vida a la realización económica.

Somos esa juventud que reniega de todo tipo de drogas. Queremos enfrentarnos en conciencia plena con los desafíos de esta sociedad y mirar a los ojos a nuestro destino.

Somos esa juventud que escoge la vía de la comunidad y que se decide a forjar unida el futuro de nuestra patria.

Somos esa juventud que piensa devolverle estas letras de nobleza a la política y abordar todos los campos de acción con una idea clara: un futuro mejor no se será posible sin nosotros.

Somos la otra juventud. ¡Somos como tú, hazte como nosotros!

Malditos

Nuestra fuerza principal reside en el hecho de que nuestra visión del mundo se basa sobre la toma en cuenta de las realidades. Y ello lo es también para la etnopolítica. Contrariamente a otros, nuestra concepción de la identidad tiene por base al factor étnico. El mundo va de tal manera que nos da la razón todos los días.

Hemos preferido elegir a la lucidez y las consecuencias que de ello derivan, en el plano del compromiso. A saber que las convicciones no deben ser jamás sacrificadas ante intereses coyunturales, por otro lado ilusorios. Claramente, ello significa que rechazamos todo “compromiso”, todo oportunismo, propuesto bajo el pretexto de que nuestro corpus ideológico nos impide toda perspectiva de “éxito”. Pero, ¿Qué “éxito”? ¿El que consiste, vendiendo su alma por un plato de lentejas, en ser tolerados, admitidos por gente que controla el poder, todos los poderes y que exige que haya que plegarse a los dogmas de lo políticamente correcto si se quiere escapar a la demonización? Un poco por todas partes, en Europa, gente tenida como perteneciente a nuestro campo ha tomado, comprometidamente, el camino sin retorno, el camino de la renegación. Rindiendo vasallaje al cosmopolitismo, al poder del dinero. Convirtiéndose a un aburguesamiento que le lleva a traicionar los compromisos y las luchas de su juventud. No hay que ser “extremista”, ciertamente, si se quiere obtener una plaza (un trampolín…) en el circo democrático. Lamentable pérdida de valores, que no puede inspirar más que el desprecio. Y que no impedirá a los renegados acabar tanto o más como parias para aquellos que les hacen comulgar con ruedas de molino al hacerles vislumbrar un diploma de respetabilidad, aparentemente capaz de abrir las puertas de jugosas carreras.

Nosotros, no nos hacemos ilusiones: Estamos, hemos elegido estar en el campo de los “malditos”. Para siempre. Y en él nos encontramos a gusto puesto que es el único sitio en el que uno se cruza con hombres y con mujeres dignos de estima.


Pierre Vial.

martes, 22 de septiembre de 2015

17 Años para toda la vida

 
Más allá de todo, en el fascismo, existe un sentimiento sobre el mundo, un cierto estilo de vida, un enfoque particular de la existencia. En el fascismo, hay, antes que política, una dimensión estética, simbólica y existencial; un cierto saber hacer aristocrático consagrado al pueblo, que se decanta por el espíritu cultivando su cuerpo, que aclama triunfalmente a la muerte viviendo plenamente su vida, que experimenta la libertad en el seno de la comunidad. Ser fascista, es algo casi indefinible, un quid, una mezcla de activismo, de juventud, de combatividad, de misticismo. Ser fascista, es saber tener un paso sobrio y relajado, trágico y solar, es poseer una voluntad de grandeza, de potencia, de belleza, de eternidad, de universalidad. Es adherirse a una lógica de fraternidad, de camaradería, de comunidad. Ser fascista es ser consciente de un destino y desear desvergonzadamente enfrentarse con él, tener la capacidad de vivir plenamente en el grupo, en el equipo, en el clan y de saber elevar este lazo al nivel de la nación y al nivel del imperio. Ser fascista, es tener 17 años para toda la vida. Se trata de superarse, de darse forma a sí mismo y al mundo. Ser fascista es disfrutar de los moralistas escandalizados, de blanqueados sepulcros, y viejos peluquines. Es cultivar la radicalidad en el pragmatismo, sentir asco por a decadencia y la pequeñez de espíritu sabiendo vivir en su tiempo, merendarse a la modernidad extrayendo el entusiasmo fáustico por la modernidad. Ser fascista es tener por compañeros, más allá de complicaciones cerebrales, al fuego, al mármol, a la sangre, a la tierra, al sudor y al hierro. Es conseguir hacer vibrar sus cuerdas interiores sobre la frecuencia más humilde a la vez que se rehúsa de la adulación, de la indulgencia, de la demagogia y de la prostitución intelectual. ¡Solo sentimos nostalgia por el futuro! El fascismo es fundar ciudades, sanear tierras, llevar un proyecto de civilización. Es concebir la existencia como una lucha y una conquista, sin resentimientos. Es regalarse a sus camaradas, a su nación, a su ideal, justo hasta el sacrificio extremo. Sí, ser fascista es todo esto, y además, con un estilo, con una idea de la estética, con un gusto por el decoro. Es ser elegante y sonriente hasta el cadalso y más allá.
Adriano Scianca.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Solidarismo

“Uno a uno, todos somos mortales. Juntos, somos eternos.”
Apuleyo

El solidarismo, en sí, es la doctrina que condena la lucha de clases pretendiendo conciliar individualismo y colectivismo. El solidarismo afirma que la historia no es el producto de acciones individuales y que puede tomar, a cada instante, los giros más imprevistos. Propone la asociación y la cooperación de las personas por medio de un método: el pragmatismo. Así, pueden existir varias vías para entender el solidarismo. 

El fascismo es una de esas vías. (…) Enmanuel Mounier analiza más sutilmente: “(…) Cada uno crece verticalmente según su libertad, su personalidad, su magisterio; pero cada uno está también llamado a un intercambio horizontal de experiencias, de sacrificios, de retribuciones. El hombre existe en comunidad, y la persona aislada no es -no puede ser-nada".
Los principios de la acción fascista.

domingo, 20 de septiembre de 2015

No somos como los demás

No eres como los demás. Y he visto a muchos, y los conozco. Cuando hablo, tú me miras. Anoche, cuando dije algo acerca de la luna, tú miraste hacia la luna. Los demás nunca harían algo así. Los demás me dejarían hablando sola o me amenazarían. Ahora nadie tiene tiempo para nadie. Tú eres uno de los pocos que me soportan, Por eso pienso que es muy extraño que seas un bombero, me parece que no es lo apropiado para ti.
Fahrenheit 451

El emblema de las JONS

El yugo es la yunta; la junta, las juntas de nosotros, nuestra propia coyuntura histórica.

Las flechas hienden las mañanas de España. Hienden. Ofenden. Son la ofensiva de una raza, de una juventud que pretende imponerse ahora.

El yugo camina delante del arado. Es la agricultura nacional. El campo nacional. La vida nacional.

Cada manojo de saetas es una gavilla de corazones, una hermandad, un gremio, un Sindicato.

Las flechas son de hierro, de acero, de la carne española eterna. Aguzadas, forjadas con el fuego antiguo por sindicalistas nacionales.

El yugo y las flechas son también la cruz; forman una cruz. Para sus cruzados, toda gran empresa ha sido una cruz en la encrucijada de los tiempos. Si el yugo pesa, apesadumbra a alguien. Las flechas aligeran, alegrarán nuestra buena ventura española.

Aunque cerca del yugo está siempre el estímulo.
Los campesinos que hablaban latín estimulaban a sus bueyes –junto a la cerviz– con una punta de saeta en la extremidad de un palo.

Nuestro escudo huele a garrote, y a fragua, y a pan, y a vino, y a sal, y a eternidad.

El equilibrio duradero entre un pasado horizontal –el yugo– y la ascensión vertical, celestial, de un futuro: las flechas. Habrá que reconquistar nuestra patria a flechazos, a golpes de cariño. Amorosamente. Duramente. Como se conquista a la mujer que parirá a nuestros herederos.

Juan Aparicio López

sábado, 19 de septiembre de 2015

Militancia

Tenemos que volver a reconstruir el espacio de los militantes, de la juventud, tenemos que volver a valorar la política y no queremos que se repita la mecánica casi empresaria de la política que tiende a acordarse de los amigos y de los compañeros para utilizarlos en cuestiones electorales.

Tenemos que dejar de sentir vergüenza de las cosas que defendemos, nos quieren hacer sentir a veces que son posturas que deben ser “revisadas” en nombre de la supuesta racionalidad. ¿Qué es la racionalidad? ¿La racionalidad es bajar la cabeza, acordar cualquier cosa pactando disciplinada y educadamente con determinados intereses, y sumar y sumar excluidos, sumar y sumar desocupados, sumar y sumar españoles que van quedando sin ninguna posibilidad? ¿O la racionalidad es trabajar con responsabilidad, seriedad, con fuerzas para abrir las puertas de la producción, del trabajo y del estudio para todos los españoles? Nosotros nos queremos adherir a este tipo de racionalidad, es la única racionalidad viable que nosotros tenemos para poder realizarnos.

lunes, 14 de septiembre de 2015

El mundo del desprecio

En un mundo virtual, las cosas cada vez se tocan menos. En muchos casos ya no hay nada que tocar: la realidad está en una pantalla. Digitalización equivale a embrutecimiento. No es posible conocer el valor real de nada que no pueda tocarse; ni quererlo. La abstracción absoluta desemboca en el desprecio absoluto. Vivimos, en Occidente al menos, en el mundo de la abstracción digitalizada; es decir, en el mundo del desprecio.

Roger Wolfe

sábado, 12 de septiembre de 2015

Chile y el 11S

Todo el mundo habla del “11″, según los impertinentes fue el día en que “se impuso el Fascismo en Chile”, y según otros mas imbéciles fue el “día de la liberación del yugo marxista”. Ni dictadura fascista, ni liberación nacional, el “11″ Chile entro de lleno en el juego de poderes característico de la Guerra Fría, el 11 de Septiembre de 1973 se termino la “revolución “ socialista chilena y se inicio la “revolución” neoliberal, el 11 de septiembre no es una día para celebrar.

¿Se justifica el Golpe de Estado? Puede que si, Chile simplemente estaba en un estado caótico que aquellos que no vivimos esas fechas difícilmente podemos dimensionar ¿Se justifica la persecución y asesinato a civiles que mostraban simpatía por el Gobierno depuesto? Por supuesto que no, maldito sea el militar que tiene que disparar contra su propio pueblo ¿Se justifican las medidas de corte liberal que implantaron el judío Friedman y los llamados “Chicago Boy’s? Absolutamente NO, bajo ningún prisma se puede celebrar la instauración de un sistema capitalista anti-Nacionalista feroz como el que hay actualmente en Chile.

El 11 de Septiembre de 1973, las FF.AA realizaron un Golpe de Estado contra el gobierno Socialista de Salvador Allende, que había caído en un estado caótico por culpa de los políticos que no fueron capaces de ver mas allá de sus dogmas y llevaron a Chile a un quiebre institucional que no se había visto desde hacia décadas, como siempre gran parte de la clase política pudo salvar su pellejo mientras el pueblo tuvo que sobrevivir como pudiera a la violencia de grupos contrarios al Régimen y del Gobierno en si.

El 11 no es un día para celebrar…

miércoles, 9 de septiembre de 2015

El virus de la minoría

Vamos a contentarnos con la sospecha de que en una ciudad de diez mil habitantes hay cien personas que están decididas a demoler la violencia. En una ciudad de un millón de habitantes viven diez mil "emboscados", esto representa un poder enorme. Basta para derribar incluso a tiranos muy poderosos, en tal situación resultará inquietante la disposición a la lucha de minorías minúsculas, sobre todo si han desarrollado una táctica. De un hombre que vota "no" en unas, así llamadas "elecciones en favor de la paz" cabrá aguardar que ofrezca oposición en cualesquiera circunstancias y de modo especial cuando pasan apuros los dueños de la violencia. En cambio, no existe en absoluto la misma seguridad de que se mantenga el aplauso de los otros noventa y nueve si las cosas empiezan a tambalearse. En tales circunstancias la minoría se asemeja a un virus que causa un efecto enorme,imposible de calcular, y que impregna la totalidad del Estado.

Ernst Jünger

martes, 8 de septiembre de 2015

Patria

El Socialismo Patriótico no es otra reedición de esa escuela ambigua que declaraba que «en lo social nos acercamos a la izquierda, y en lo nacional nos posicionamos en la derecha». 

Esto era imposible, y fue un engendro que, por mucha sensibilidad y orientación social que anunciara tener, aunque tal fuera plasmada en puntos programáticos, y también por mucha dimensión «espiritual» que dijeran defender, irremediablemente se revelaron siempre en la derecha. 

Nuestra concepción de la Patria es radicalmente contraria a las mismas ideas «nacionales» de cualquier variante de la derecha (tardointegrista, etnicista o liberal; sea apareciendo como españolista o antiespañola).

España no tiene, ni tuvo jamás, una sola identidad distinta de su expresión política y estatal manifestada en el complejo devenir histórico. Si exceptuamos la «identidad» del mundo occidental y globalizado que sumerge todo el planeta, no hay más «identidad» española que la política y jurídica. 

Advertimos que, históricamente, los enemigos más dañinos del recto concepto de Patria han sido, especialmente, esas ideas nacionalistas sostenidas por las derechas, que han pretendido subordinar el Estado y a los pueblos de España a unos esencialismos, apelando a supuestas identidades fijas (seculares o confesionales) o a una historia lineal y unívoca.

Afirmamos que todos los esencialismos y exclusivismos (étnico, nacionalista, racial, religioso, historicista, etc.) que pretenden «Estados-Étnicos» no sólo representan atentados contra la comunidad política, sino también contra la identidad y la diversidad de los pueblos de España, de Europa y del resto del planeta con tanta fuerza (si no más) que la civilización capitalista, mundialista y disolvente propia del Estado-Mercado donde la soberanía reside, por entero, en los bloques oligárquicos burgueses convertidos en plutocracias. Los exclusivismos («naturalistas», historicistas o sectarios) representan perfectamente la otra punta de la tenaza del mismo proceso de disolución, atomización, alienación y homogeneización acelerada promovido por las ideologías «ambientalistas», igualitarias y mundialistas.

domingo, 6 de septiembre de 2015

La Madrina de la División Azul

Se llamaba Celia Giménez. Pero los centenares de personas que utilizaron su mediación le dirigieron las innumerables cartas que diariamente llegaban desde ambos extremos de Europa, solían llamarla por otro nombre, un verdadero titulo honorífico que en realidad se hallaba perfectamente a tono con sus virtudes femeninas y con sus méritos.

El calificativo adquirió de tal manera la categoria de concepto cristalizado e iba de tal modo unido a la Jefa de Falange en Berlín ya que los sobres no precisaban de otras señas que ese apelativo y la vaga localización ''en Alemania'' para llegar directamente a las manos de Celia desde cualquier avanzadilla perdida en el frente ruso o desde la más ignota aldea de la llanada castellana. No había temor alguno de alguna carta se extraviara, ni siquiera se desorientara , si iba dirigida ''A la madrina de la Division Azul''.

Cuatrocientas, quinientas cartas y tarjetas le traían todos los días al correo de su casa en Berlín. Venían de ambas direcciones y traían noticias que se ansiaban en el frente o que se aguardaban con impaciencia en cualquier hogar español en cuya mesa había un puesto vacío a las horas sagradas y familiares de la comida.

Celia Giménez se encargaba de que todos pudieran colmar cuanto antes sus afanes y desvanecer sus inquietudes. Leía una a una cuantas cartas recibía o le llegaban , las clasificaba, resumía su contenido, procuraba captar todos los anhelos y, cargaba con las mismas preocupaciones que los remitentes, corría al estudio de la radio berlinesa y se las confiaba al micrófono en las emisiones especiales destinadas a la División Española de Voluntarios y a las familias de los valientes soldados españoles.

Por la boca de Celia Giménez contaba a la sencilla campesina de las montañas de Aragón y al simple fusiulero que prestaba servicio en los pantanos del Wolchow o sobre las cosas de un piloto de la escuadrilla azul con sus padres, a la escucha ... quizás, en la sala de un cigarral toledano.

La voz del frente y la voz de la Patria lejana eran recogidas y lanzadas otra vez por Celia en las tres emisiones diarias que corrían a su cargo; la 1ª, poco despues del mediodía, duraba 30 minutos, la 2ª al atardecer, llenaba 20 minutos del programa y por la noche Celia les confiaba nuevamente a las ondas los últimos afanes ajenos que su corazón maternal habia trocado en propios.

Resultaba pasmosa la capacidad de trabajo de esta falangista. Para ella la jornada duraba casi siempre 14 o 15 horas. Era necesario un enorme esfuerzo, incluso físico, para poder llevar a cabo la tarea que ella misma se habia impuesto. Porque no se trataba de leer mecánicamente los párrafos de una misivas, casi siempre (así era la España de entonces) faltas de buena caligrafía, sino que tendía a interpretar las intenciones del remitente y regocijarse con sus pesares y sus gozos.

La diligente locutora de la DEV sabía bien que aquella anciana madre barcelonesa esperaba desde hacía mucho un signo de vida de su hijo ( gran implicación la de esta mujer), que no acababa de llegar nunca, y por eso interpolaba frases de consuelo, para indicarle que por otra carta de otro soldado había sabido de la nueva posición de su hijo (puede que solo con ánimos de darle esperanzas).

No podemos por menos admirar la memoria que exige y se requiere para extraviarse en el laberinto de tantas existencias y de tantas fortunas diversas. Pero al ponderar las dificultades de su cometido Celia nos interrumpió (en una entrevista al autor del artículo) rechazando nuestros encomios: ''Todo eso no era tan difícil como uno se figura desde fuera. Una acaba por familiarizándose con nombres e incluso con estados de ánimo. Mucho más penoso resultaba el imponerse, por ejemplo, a cualquiera de los catarros que intentaban abrir un paréntesis en nuestra tarea diaria. Pero tampoco ese obstáculo resultó hasta ahora insuperable y cuando se presentó el caso, como en el pasado invierno, las gárgaras, las píldoras y los vahos, entre emisión y emisión, me han aclarado la voz y jamás tuve que suspender o modificar el programa''.

Celia Giménez, cuyo marido había caído como aviador en la GCE, prestó primero servicio como enfermera en varios hospitales militares de la Península, pasando después a Berlín donde continuaria trabajando en un sanatorio de Neukölln, Pilar Primo de Rivera, que conocía y apreciaba sus excelentes condiciones de organización y sus dotes de mando le encargó la sección Femenina de Falange Territorial en Alemania, puesto que siguió desempeñando a plena satisfacción de la Delegada Nacional y de sus camaradas alemanas.

Extraído del Atlas ilustrado de la Division Azul

viernes, 4 de septiembre de 2015

Caminando hacia el cesarismo




"Nihil Adeo Ardvvm Est Qvod Virtvte Conseqvi Non Possit"
("Nada es tan difícil que no se pueda conseguir con coraje")

Julio César

Es rasgo característico de la Antigüedad que el poder militar estuviese indisolublemente unido al poder económico. Sobre ambos ejes giraba la política de la República romana desde al menos el siglo IV a. C. Las campañas bélicas se convirtieron bien pronto en la principal fuente de ingresos para las arcas del Estado, de modo que los pueblos extranjeros se vieron en la obligación de pagar con tributos y esclavos su sometimiento a la civilización más eficiente que jamás conoció el Mediterráneo.

Durante centurias enteras, fue sinónimo de honra y distinción social valores tan preciados como el espíritu guerrero, el valor y arrojo en la batalla, así como la capacidad de mando y obediencia en los momentos decisivos de la campaña. Tales eran las virtudes que el pueblo romano exigía de aquellos ciudadanos que poseían tierras, y cuyo orgullo y lealtad a Roma garantizaban la hegemonía de su estirpe.

Sin embargo, esta situación fue declinando y diversos cronistas relataron de primera mano cómo el espíritu heroico se relajó hasta alcanzar extremos vergonzosos, no quedando otra solución que la de reclutar en las levas de soldados a simples aliados, mercenarios y gentes de la más variada procedencia. Esta circunstancia, que marcó un antes y un después en la Historia romana, quedó reflejada desde la llegada al consulado del general Mario (107 a. C.).

La situación de la República, muy debilitada tras la reforma agraria de los Gracos, provocó una fuerte reacción senatorial que evidenció la falta de unidad y la susceptibilidad de corrupción por parte de sus dirigentes. Este caos interno fue aprovechado por Yugurta, sobrino del rey Micipsa, para usurpar el protectorado de Numidia y sobornar a la comisión senatorial bajo la promesa de apoyar sus aspiraciones personales.

La derrota de las tropas romanas a manos del propio Yugurta obligó a la asamblea popular a ascender a Mario, quien se enfrentó ante la negativa del Senado a proporcionarle ejército alguno. Este acontecimiento sin precedentes forzó al nuevo cónsul a realizar una profunda reforma militar que con el tiempo significó la profesionalización de un Ejército que, adicto a sus generales, tan sólo se movilizaba en interés de tierras y dinero.

Una vez sofocado el conflicto en Numidia, Mario tuvo que hacer frente a las invasiones que diversas tribus germánicas efectuaron en la Galia y en territorios septentrionales de Italia. Sus victoriosas campañas le valieron la reelección al consulado en reiteradas ocasiones, y no dudó en utilizar la creciente popularidad de sus hazañas para atraerse al poder financiero y a la plebe mediante recursos abiertamente demagógicos.

Hacia el año 100 a. C., la situación empeoró de tal forma que Roma cayó en un ciclo de contiendas civiles originado por las ambiciones privadas de caudillos como Sila (88 a. C.), quien venció a la resistencia democrática en Porta Collina y estableció la dictadura con el fin de reorganizar el Estado y restaurar a la clase senatorial al primer plano político-administrativo.

No mucho después, cónsules de la talla de Pompeyo, Craso o el mismo César confirmaron la tendencia de un Ejército sumido en la anarquía, dividido e instrumentalizado por las promesas de sus respectivos generales. Como es sabido, este desequilibrio militar e institucional culminó en la dictadura de César, que señaló el fin de la República y el definitivo y permanente ascenso del Imperium, con el cual se le otorgaba plenos poderes y total libertad de acción al máximo mandatario.


En Occidente, el poder político está fuertemente adherido al poder económico; la máquina ha suplantado a la espada como método para conseguir riqueza. No obstante, contemplamos con cínica resignación a las razas de color inundar y colapsar nuestras calles y ciudades con la seguridad de encontrar un empleo con pasmosa facilidad. En cambio, los hijos de las naciones occidentales se desentienden cada vez más de los oficios realmente productivos, y deciden abrirse camino en el lucrativo negocio de los cargos públicos, cuando no se abandonan a la más esperpéntica holgazanería. ¿Se está produciendo el mismo fenómeno que, análogamente, supuso la caída del régimen democrático en Roma? ¿Es la actual crisis que se vive en todo Occidente el preludio de una época caracterizada por la violencia y el dominio del más fuerte?


Antonio Marco Mora

miércoles, 2 de septiembre de 2015

La Guardia de Hierro

El Domingo de Ramos de 1930 surge la Guardia de Hierro. Vanguardia extrema en la lucha diaria y sangrienta contra el comunismo.

El Gobierno pretende, inútilmente, detener aquel torrente de fuerza política, exaltada y ardiente, que amenaza desbordar el falso tinglado de un orden viejo y decadente. Y la marcha demostrativa, proyectada por Codreanu en la región de Besarabia, queda suspendida.

A la impotencia rencorosa y estéril de los enemigos opone el Capitán el centelleo de su manifiesto al país:

"Rumanos: Una Rumania nueva no puede salir de los antros de los partidos políticos. Así como la gran Rumania no salió de los cálculos político-demócratas, sino de los campos de Marasesti y del fondo de los valles, batidos por el granizo de la metralla, la nuestra surgirá de la lucha. Por esto no me dirijo a los politicastros, sino a vosotros, soldados.

¡Levántate! La Historia te llama de nuevo. En el momento en que los enemigos nos invaden y los dirigentes nos venden, rumanos, gritad febrilmente, como en los senderos de los montes en las horas de tormenta: ¡Patria, Patria, Patria ...! "

El Gobierno condena el manifiesto y Codreanu es citado de nuevo a juicio. Sale absuelto.

En el mes de diciembre de 1930, Codreanu, que ha vuelto a Bucarest, crea el "Senado de la Legión".

Es el momento oportuno de fijar al movimiento legionario los puntos programáticos fundamentales:

I. La Legión del Arcángel San Miguel, que tiene como sección política militante la Guardia de Hierro, es una organización nacional y monárquica, en conformidad con la tradición del pueblo rumano.

II. Luchará por la conservación indisminuíble de la situación conseguida por Rumania en la Gran Guerra.

III. Afirma el derecho de primacía y supremacía del elemento rumano en el país y en nuestra tierra, y el principio de que el pueblo rumano es sólo el llamado a dirigir el destino de la patria, siendo el único responsable ante la Historia.

No basta descartar el prejuicio de influencias políticas extranjeras en la afirmación serena y escueta de su programa. Y el Capitán redobla su esfuerzo combativo contra las

campañas, enconadas y virulentas, de la prensa judía y de la coalición política.

Más que un cuerpo de doctrina, los tres puntos básicos del movimiento legionario parecen airón de lucha, surco abierto en la tierra y temblor inquieto por el "ser o no ser" de la patria.

La dificultad centra, otra vez, sus tiros sobre el corazón y la cabeza del movimiento legionario. En el mes de enero de 1931, el Gobierno nacional campesino disuelve, por primera vez, la Legión del Arcángel y la Guardia de Hierro. Codreanu y un grupo numeroso de dirigentes son encarcelados.

En el proceso confirma el Capitán su decisión inquebrantable: "Somos rumanos ligados a la tierra ancestral; tenemos que prepararnos para afrontar la agresión de los enemigos que nos amenazan.

El triunfo de la justicia permite a Codreanu reconstruir sus filas, un poco dispersas, y preparar su lucha a la vista de las primeras elecciones.

El momento se presenta con la tremenda responsabilidad de un posible casi cierto: lainfluencia directa en el rumbo de la política nacional.

martes, 1 de septiembre de 2015

Sindicato Obrero

Repetidas veces se ha dicho que en Italia las asociaciones profesionales, lejos de representar posiciones avanzadas y seguras para la defensa económica y moral de las categorías que las componen, constituyen una organización coactiva o una especie de trampa política en la que se atrapa, engañándoles con el cebo del interés, a los trabajadores que no están suficientemente convencidos de la utilidad del Fascismo.

Ahora bien: por categórica disposición de ley, la inscripción en el Sindicato es cosa completamente libre. Nadie ejerce presión alguna para obtener la adhesión del trabajador. Tan es así, que no todos los trabajadores están inscritos en los Sindicatos.

A pesar de ello, la ley obliga al Sindicato a proteger y defender de igual modo los intereses de los trabajadores que están inscritos y de los trabajadores que no lo están.

Esta igualdad de tratamiento para con todos los trabajadores por parte de las instituciones sociales fascistas, está siempre, y explícitamente, sancionada por la ley.

Por lo tanto, las voces referentes a la colocación de trabajadores, según las cuales solamente los obreros afiliados al Partido o inscritos en el Sindicato resultarían los favorecidos, no son sino tontas y groseras invenciones.

Verdades, precisamente, lo contrario: vale decir, que Italia es el único país del mundo donde los Sindicatos tienen la obligación de asistir inclusive a los trabajadores no inscritos. Mérito moral sensible para un Régimen que se ha dado como norma de conducta el principio de la justicia, social.

Además, a pesar de tanto como se ha charlado acerca de los presuntos «sistemas dictatoriales» italianos, los dirigentes de los sindicatos son elegidos libremente, mediante voto, por los trabajadores, quienes, lógicamente, los escogen entre sus camaradas que, por su preparación, por su habilidad en la organización, por su misma fe sindical, aparezcan como más indicados para defender los derechos de la categoría. Asimismo, son los dirigentes de los sindicatos provinciales, libremente elegidos, los que, a su vez, eligen libremente a los secretarios de las Federaciones Nacionales de categoría.

Entre los jefes de los órganos sindicales de derecho público, solamente los Presidentes de las Confederaciones son, no ya elegidos, sino simplemente designados, por los Secretarios de las Federaciones Nacionales. Se ha adoptado este sistema con el objeto de permitir que el Estado oponga su veto al encumbramiento eventual de una persona inepta o indigna para el desempeño de un cargo de responsabilidad política muy

elevada. Pero como quiera que la sensibilidad de los Secretarios de Federación y su conocimiento de los hombres que se consideran indicados para el desempeño del referido cargo, han demostrado siempre ser eficientes, nunca se ha verificado el caso de que una designación haya sido reprobada por el Estado, teniendo todas las veces, por consiguiente, valor efectivo de una elección en el verdadero sentido de la palabra.

Este sistema electivo no solamente da a los trabajadores la certidumbre matemática de que sus propios intereses serán defendidos con la mayor decisión, sino que también permite que hasta el más humilde de entre ellos, toda vez que tenga condiciones y capacidad, pueda llegar a ocupar los más altos cargos de la organización sindical.

No ha de quedar en el lector la más mínima huella de duda acerca de la verdad de lo que acabamos de decir.

Por esto, transcribiremos aquí algunos artículos del Estatuto tipo de una Federación Nacional de Trabajadores, aprobado por decreto del 16 de agosto de 1934:

Artículo 10. -- Los socios de la Federación están reunidos en Sindicatos provinciales...

Artículo 13. - Son órganos del Sindicato: a) la Asamblea; b) el Directorio; c) el Secretario del Sindicato.

Artículo 14. - La Asamblea del Sindicato Provincial está constituida por todos los afiliados La Asamblea elige al Secretario del Sindicato y al Directorio del mismo.

Fascismo conquista proletaria.